viernes, 21 de diciembre de 2007

DEEP ECOLOGY - un ecologia realmente profunda

ECOFILOSOFIA
La Ecología Profunda (Deep Ecology) es un movimiento medioambiental iniciado por el filósofo noruego Arne Naess en 1972.
Él no fue el primero en tener la idea de un cambio radical de la relación de la humanidad con la naturaleza, pero acuñó el término “deep ecology” y ayudó a darle bases teóricas.
Se llama “deep” (profunda) porque responde preguntas profundas sobre el lugar de la vida humana y quienes somos.

Está fundada en 2 principios básicos:

1 - el primer principio es una mirada científica dentro de las interrelaciones de todos los sistemas de vida en la Tierra, junto con la idea de que el antropocentrismo (la vision del planeta centrado en los humanos) es una mala via para ver las cosas.

Los “ecologistas profundos” dicen que una actitud ecocéntrica es mas consistente con la verdad sobre la naturaleza de la vida en la Tierra.
En vez de estimar a los humanos como algo completamente único o “elegido por Dios”, ellos nos ven como hilos integrados en el tejido de la vida.

Por ello consideran que hay que desarrollar una postura menos agresiva y dominante hacia la Tierra si queremos que el planeta sobreviva.

2- el segundo principio es lo que Arne Naess llama la necesidad humana de la autorealización.

En vez de identificarnos con nuestros “egos” o nuestras familias inmediatas, podríamos aprender a identificarnos con la ecosfera completa ....incluidos árboles ,animales , plantas...

Esto involucra un cambio radical de conciencia, pero podría hacer que nuestro comportamiento fuera mas consistente con lo que la ciencia dice que es necesario para el bienestar de la vida en la Tierra.

Arne Naess definió formalmente a la deep ecology como “Ecosofía“, con algunas principios como por ejemplo:

– La autorealización ya mencionada para todos los seres humanos
– Los recursos de vida de la Tierra son limitados.
– La simbiosis entre seres y tierra maximiza las autorealizaciones potenciales bajo condiciones de recursos limitados.
- La complejidad de la vida , que a su vez incrementa las autorealizaciones potenciales.


Arne Naess estuvo fuertemente influenciado por Baruch Spinoza y Mahatma Gandhi.
De hecho la autorealización de la que se habla es en el sentido usado por Gandhi.


Arne Næss (1912-) es uno de los intelectuales noruegos más destacados del periodo de posguerra. Como investigador, ideólogo, autor de libros de texto, comentarista social y filósofo, sus trabajos abarcan muchos temas y han atraído al gran público. Ávido montañero que ha liderado varias expediciones noruegas, Næss es un reconocido defensor de la ecología.

A Naes pertenece la denominación "deep ecology", que en 1973, en un artículo en el que contrastaba dos corrientes de ecología, llamó a una "movimiento de ecología profunda de largo alcance" (long-range deep ecology movement) y a la otra "movimiento superficial o poco profundo de ecología"(shallow ecology) como la que se impone ahora y es mas bien un cambio superficial.

La primera implica un nivel más profundo de plantear las preguntas, de llegar hasta los fundamentos, mientras que la "superficial" se detenía antes de llegar al nivel último.

Para Naess la característica fundamental del movimiento "Deep Ecology"radica en el reconocimiento del valor inherente de todos los seres vivos y el valor intrínseco de la diversidad de todo tipo. De esta toma de conciencia se desarrollan por un lado, a un nivel práctico, distintas formas de acciones políticas y sociales, y por otro lado, a un nivel más elevado, la "Deep Ecology" da lugar a varias corrientes filosóficas. Es también el autor del Concepto Ecofilosofía.


La Vida es un aspiración; su misión es esforzarse hacia la perfección, que es la autorealización.

En el estudio formal de Spinoza, Naess nota que al opuesto al proceso de autorealización le damos el nombre de “alienación“. ? En que sentido estamos caminando ?

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* El cambio ideológico consiste principalmente en apreciar la calidad de la vida, más que buscar incrementar el estándar de vida. Habrá una toma de conciencia profunda de la diferencia entre lo grande (big) y lo importante (great).
* Aquellos que suscriban estos puntos tienen la obligación de intentar directa o indirectamente realizar los cambios necesarios.

El único movimiento que ha adoptado a la Deep Ecology enteramente es Earth First!. Desilusionados con las campañas ecológicas tradicionales, ellos reconocen el valor intrínseco de la naturaleza, la necesidad del valor de todas las comunidades (incluyendo las comunidades humanas), y la necesidad de la biodiversidad.
Se organizan con pequeñas estructuras, autocontenidas, en unidades semiautónomas, en muchas estructuras de redes.
El Capital y los Grandes Negocios son antinaturales para ellos, y los ven como el enemigo último.

viernes, 7 de diciembre de 2007

Sheri Liao - ecologista en China



Sheri Liao no usa maquillaje ni para disimular las arrugas alrededor de sus ojos oscuros. Piensa que sería malgastar recursos e ir contra la naturaleza.

Nacida en Sichuan (China) en 1954, esta mujer menuda y de aspecto sencillo es la fundadora de Global Village Beijing (GVB), una de las ONG ecologistas más importantes de China.

No tiene coche, se ducha lo menos posible -para ahorrar agua- y no tiene en casa aire acondicionado, pese al calor estival en Pekín.

Estas pequeñas renuncias forman parte del espíritu de Green Olympics and Green Life, una campaña que promueve GVB desde que su fundadora fue nombrada, hace dos años, Asesora Medioambiental de los Juegos Olímpicos de Pekín 2008.

Basándose en la cultura tradicional china, Sheri diseñó esta campaña para fomentar el desarrollo sostenible y la conciencia medioambiental de los ciudadanos de China, país devastado por los desastres ecológicos.

A mitad de la entrevista, invita a la periodista a practicar sus cinco minutos de tai-chi diarios en la oficina, junto a los voluntarios. Es otra forma de actuar.

¿Podría explicar en qué consiste exactamente la campaña?

El fin es promover un nuevo estilo de vida verde, basado en el equilibrio entre el mundo natural, físico y espiritual. Según la tradición china, esto significa respetar los recursos naturales, fortalecer la fuerza física -es decir, hacer deporte- y almacenar energía espiritual. Los JJOO eran una excusa perfecta para defender esta forma de vida verde.

¿Cómo se lleva a la práctica?

Primero, hay que reducir el consumo innecesario de recursos naturales. Reciclar el agua del baño, lavar la ropa a mano o evitar el ascensor son algunas de las conductas que promueve GVB.

El equilibrio físico se consigue con la práctica diaria del tai chi, el qigong, las artes marciales... El ejercicio siempre ha estado muy presente en la cultura china.

Por último, hay que cultivar el espíritu: tocar un instrumento musical, practicar la caligrafía, la contemplación y el estudio de la filosofía son actividades que ayudan a mantener la mente en equilibrio y conseguir la felicidad.

El objetivo de GVB es inculcar estas conductas a la comunidad con campañas educativas. Desde 2005, repartimos en los barrios pobres unos tarjetones con poesías antiguas que explican estos pequeños actos de la vida verde.

Sólo de esta manera -recurriendo a la herencia de 5.000 años de cultura china- podremos concienciar a los ciudadanos de que hay que salvar a la naturaleza.

Es esencial recurrir a los valores tradicionales para fomentar el respeto por la naturaleza

Su trabajo tiene el reconocimiento del Gobierno, que la nombró Asesora de Medioambiente de los Juegos Olímpicos de Pekín y Ciudadana Verde del Año en 2006. ¿Qué responsabilidades asume?

Mi posición exige un compromiso cada vez mayor con las tareas de concienciación pública. GVB colabora estrechamente con la comunidad, asesorando a los jefes de distrito, las asociaciones de vecinos y promoviendo la educación medioambiental en las escuelas.

Es esencial recurrir a los valores tradicionales para fomentar el respeto por la naturaleza. En China no existe la conciencia medioambiental de Occidente.

Después de licenciarse en Filosofía, se marchó a estudiar Ciencias Medioambientales a EEUU. ¿Qué ha aprendido de Occidente?

He pasado mucho tiempo estudiando los modelos de los países occidentales, sobre todo de EEUU, Alemania y Holanda, donde los sistemas de transporte público y las técnicas de gestión medioambiental están muy avanzados.

Pero Occidente también afronta grandes problemas: no se preocupa por cambiar su estilo de vida, el consumismo, sólo pretende curar sus efectos negativos.

Occidente ve a la naturaleza como un objeto a su servicio, al que puede manipular. En cambio, la cultura china no distingue entre la naturaleza y el ser humano, todo es parte del mismo sistema. La naturaleza es una amiga.

Desde GVB, promovemos recuperar ese amor por los recursos naturales y crear nuevos modelos de conducta que se alejen del consumismo y el materialismo.

Las ansias de consumo de la sociedad china actual contradicen los valores tradicionales que usted defiende ...Es cierto. Por eso es importante nuestra campaña: para que los chinos vuelvan a recuperar sus raíces y el respeto por la naturaleza que defienden el Taoísmo y el Confucionismo.

Occidente tiene que respetar nuestra cultura, nuestra manera de pensar. Por muchas razones -tecnológicas, escasez de recursos, sistema de gobierno- no podemos mejorar el medioambiente utilizando los métodos occidentales.

A Occidente le falta proteger el medioambiente con el corazón

Individualismo, consumismo y capitalismo son las fuentes principales de nuestros problemas medioambientales. Tendríamos que adorar la vida en lugar del dinero.

¿No teme que la cultura ecológica china haya perdido credibilidad, tras desastres medioambientales como la construcción de la presa de las Tres Gargantas?

Prefiero no criticar los proyectos del Gobierno. No quiero tener problemas que puedan impedirme seguir haciendo mi trabajo. Pero los dirigentes deberían dejar de tomar decisiones en función del desarrollo económico.

En esta vida hay cosas más importantes que el PIB.


La UNEP (Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente) publicó el pasado octubre un informe destacando las mejoras de Pekín en recogida de basuras, tratamiento de aguas y creación de un cinturón verde alrededor de la ciudad. Pero los niveles de polución en el aire, las emisiones de gas por efecto invernadero, la conciencia ciudadana y el transporte público siguen siendo problemas pendientes. ¿Cree que la comunidad internacional está presionando demasiado a China en temas de medioambiente, con el pretexto de los JJOO?

En China tendríamos que considerar más lo que Occidente puede aprender de nosotros en lugar de demostrarle lo que hemos aprendido de ellos.

Es cierto que Pekín necesita urgentemente mejorar la red de transporte público. Detener el consumo de coches para uso privado es clave para reducir la contaminación.

Pero me sentí muy ofendida al comprobar que la UNEP publicó el informe sin tener en cuenta los esfuerzos de GVB y de otras ONG para mejorar la concienciación ciudadana.

http://www.publico.es/021799

sábado, 3 de noviembre de 2007

BIONEROS - Tecnologia ecologica

'Bioneers": los restauradores de la naturaleza

Un ejemplo de estos es Paul Stamets que ha penetrado como pocos en la magia subterránea de los bosques. www.fungi.com/front/stamets/index.html

Allí, en esa capa de micelio que se extiende «como si fuese el internet de la naturaleza», este micólogo con aspecto de duende asegura haber encontrado la llave de la vida en el planeta: «Los hongos son los guardianes del medio ambiente, la membrana que alimenta cualquier comunidad ecológica, nuestra última gran esperanza».

A la izquierda tierra NO micorrizada y a la derecha SI micorrizada (hongos naturales)

Stamets es también una de las voces más veneradas de los 'Bioneers', pioneros de la nueva biología, embarcados no ya en la conservación sino en la 'restauración' de la naturaleza, con las lecciones aprendidas de la Madre Tierra.

El 'señor' de los hongos se vino hasta California, con su increíble y colorista repertorio de micelios, al encuentro de otros destacados 'Bioneros', que todos los años montan su gran tienda en la marina de San Rafael. Empezaron apenas un puñado, allá por 1990, y esta vez superaron los 3.000.



El artífice de los 'bioneros', el vaso comunicante entre los 'restauradores' de la naturaleza, es el documentalista y activista Kenny Ausubel, que tuvo la idea de reunir a gente tan diversa como

-John Todd, inventor de las 'ecomáquinas' de organismos vivos;
-el arquitecto William McDonough, artífice del concepto de reutilización total;
-el biólogo David Suzuki,
-la activista Vandana Shiva,
-el empresario Paul Hawken, autor de 'Capitalismo natural,'
-y un largo elenco de innovadores en contacto con lo natural.

«El principio aglutinante fue cómo utilizar las tecnologías inspiradas en principios naturales, las auténticas biotecnologías, para reparar el deterioro causado en el medio ambiente», explica Ausubel. «Hemos llegado a un extremo tal que el desarrollo sostenible no es suficiente:
hay que ponerse a REGENERAR el planeta para devolverle el equilibrio perdido».

En la fotografia el Balma Canal ya recuperado

En eso está por ejemplo Paul Stamets, apelando a la «inteligencia natural» de los hongos para reparar los terrenos deforestados y sirviéndonos en bandeja 'la caja de la vida', con la que podremos contribuir con nuestros granitos de micelios. En la misma esfera se mueve John Todd, fundador del Instituto de la Nueva Alquimia, que utiliza no sólo microorganismos, también moluscos, y peces y algas, «máquinas vivas» que limpian lagos y ríos.

La sabiduria de los "BIONEROS" bioneers se condensa en dos libros:
- Bioneros - Una declaracion de independencia
- Manual de instrucciones de la naturaleza- las verdaderas biotecnologias

William McDonough faltó a la última cita en San Rafael, pero su manual 'Cradle to cradle' (De la cuna a la cuna) sigue siendo el motor de poderosas ideas como la campaña 'Zero' 'Waste' suscrita ya por varias ciudades norteamericanas.
«La naturaleza no produce desechos, y ésa es la lección más básica para la especie humana», sostiene Martin Bourke, director del Centro de Ecología de la ciudad de Berkeley, que se ha fijado el objetivo de 'Residuos' 'Cero' en el año 2020.

«Hoy por hoy, el 70% de los residuos urbanos acaban en vertederos o en las incineradoras», añade Bourke.

«El reciclaje es insuficiente porque requiere también el uso de energía. Tenemos que cambiar drásticamente los sistemas de producción: copiar a la naturaleza, donde nada se desperdicia».

Predicando con el ejemplo, la conferencia de los bioneros se llenó de carteles de 'Zero' 'Waste' e informó de todo lo que podría ahorrarse en un solo día si los 3.000 asistentes dejaran de usar cubiertos desechables, servilletas de papel y botellas de plástico: ocho árboles, 1.100 litros de aceite, 11.000 litros de agua...

«Vivimos más allá de nuestras propias posibilidades y nos negamos a admitir los efectos devastadores de nuestro estilo de vida», denunció Tzeporah Berman, directora de ForestEthics y hada protectora de los bosques en Canadá. «Los bosques son el aire que respiramos y el agua que bebemos...»

Otra 'bionera' ilustre es Julia Butterfly Hill, la mujer que se pasó un año subida a una secuoya gigante para impedir su tala, inspiradora de los jóvenes bioneros que imparten lecciones de acción directa no violenta.

El consejo internacional de las abuelas indígenas celebra su cónclave anual en la isleta del lago, y hay también sitio para el Festival de Cine por un Mundo Mejor, y el encuentro entre granjeros y consumidores, amenizado por Brad Lancaster, el 'señor' de la lluvia, especializado en sistemas de captación para lugares muy secos.



Las fuentes solares de Mary White, la caravana eólica o la demostración práctica de transformación al biodiésel surcan el terreno abonado de la conferencia de los 'bioneers', que concluyó con una llamada a la resistencia y a la restauración, en boca de Paul Hawken:

«Vamos a reclamar una economía biológica, y su punto de partida es crear las condiciones que posibiliten la vida, emular a la naturaleza en su compleja interdependencia».
BIONEROS es un semillero de creatividad y nuevas ideas.
http://www.oceanarks.org/restorer/indepth/
http://www.bioneers.org/

miércoles, 10 de octubre de 2007

Un ejemplo de ciudad - AUROVILLE

"Todos los problemas de la humanidad son esencialmente los problemas de armonía" —
.......................................................................................................................Sri Aurobindo





UNA CIUDAD SOÑADA Y POSTERIORMENTE REALIZADA EN EL SUR DE INDIA.




Todo comenzó con un sueño, que se considera como la inspiración y el punto de partida para Auroville. En 1954, Mirra Alfassa, conocida también como La Madre y fundadora de la ciudad, tuvo la visión "de un lugar sobre la Tierra donde ninguna nación pueda adjudicarse como su propiedad, un lugar donde todo ser humano de buena voluntad y sincero en sus aspiraciones, pueda vivir libremente como ciudadano del mundo obedeciendo a una sola autoridad, la de la verdad suprema".

Establecida oficialmente en 1968, se le considera como una ciudad internacional y se localiza al sur de la India, cerca de Pondicherry. Debido a sus ideales, enfoques innovadores y experimentación en varias disciplinas de la vida, el nombre de Auroville se ha convertido en sinónimo de un estilo de vida comunitario sostenible.

Fue una tierra árida e infértil la que se transformó poco a poco para dar paso a un bosque productivo, convirtiéndose en un ambiente habitable para todos. Ahora la ciudad pertenece a la humanidad, es un lugar para la educación permanente y el progreso constante, es un puente entre el pasado y el futuro, y será un espacio para la exploración espiritual y material para permitir una unidad humana.

La ciudad tiene una población meta de 50 mil personas y urbanamente se ha estructurado en forma circular, rodeada por un cinturón verde que cubre cerca de 20 kilómetros cuadrados. Hasta el día de hoy viven dos mil aurovileanos quienes representan a más de 40 nacionalidades del mundo entero.

Los cerca de mil adultos que viven en Auroville realizan programas de capacitación y entrenamiento de alta calidad, además de generar empleos para las cinco mil personas que provienen de las zonas rurales aledañas.

Sus residentes conforman grupos de trabajo dedicados a colaborar en diferentes áreas.

Se han enfocado a fortalecer la autoorganización y la educación alternativa "sin certificación", "economía sin dinero", mano de obra que no represente contaminación para el medio ambiente y unidades comerciales orientadas al servicio.

Los aurovileanos también se caracterizan por aventurarse en el uso y experimentación de energías renovables, manejo de recursos naturales, restauración ecológica, agricultura orgánica, manejo de desechos sólidos y líquidos, y en la implementación de sistemas de comunicación efectivos y eficientes, como internet, intranet y telefonía, entre otros.

ESCUCHAR AQUI SOBRE AUROVILLE

http://www.umaastrologytarot.com/es/auroville.php

jueves, 4 de octubre de 2007

La era axial (900 a 200 a.c). y la SABIDURIA

El nuevo libro de Karen Armstrong, la monja que perdió la fe, estudia el orígen de las religiones modernas para poner a Dios en su sitio y, de paso, a nosotros también

Introducción del libro La gran transformación de Karen Armstrong

Quizá cada generación crea que ha llegado a un momento decisivo de la historia, pero nuestros problemas parecen particularmente intratables, y nuestro futuro cada vez más incierto. Muchas de nuestras dificultades encubren una crisis espiritual mucho más profunda. Durante el siglo XX vimos la erupción de la violencia a una escala sin precedentes.

Por desgracia, nuestra capacidad de hacernos daño y matarnos unos a otros ha seguido el mismo ritmo que nuestro extraordinario progreso económico y científico.

Parece que carecemos de la sabiduría para controlar nuestra capacidad de agresión, y mantenerla dentro de unos límites seguros y apropiados. La explosión de las primeras bombas atómicas de Hiroshima y Nagasaki dejó al descubierto la autodestrucción nihilista que se esconde en el corazón de los logros más brillantes de la cultura moderna.

Nos arriesgamos a catástrofes ambientales porque ya no vemos la tierra como algo sagrado, sino sencillamente como un «recurso». A menos que vivamos algún tipo de revolución espiritual que pueda mantenerse al mismo nivel que nuestro genio tecnológico, es muy improbable que consigamos salvar nuestro planeta.

Una educación puramente racional no basta. Hemos averiguado, con enormes costes, que una gran universidad puede existir en el mismo espacio físico que un campo de concentración. Auschwitz, Ruanda, Bosnia, la destrucción del World Trade Center... todos estos hechos son oscuras epifanías que nos revelan lo que puede ocurrir cuando se pierde el sentido de la inviolabilidad sagrada de todo ser humano.

La religión, que se supone que debe ayudarnos a cultivar esa actitud, a menudo parece reflejar la violencia y desesperación de nuestros tiempos. Casi todos los días vemos ejemplos de terrorismo motivado por la religión, el odio y la intolerancia. Un creciente número de personas encuentra que las doctrinas y prácticas religiosas tradicionales son irrelevantes y carentes de credibilidad, y se vuelven hacia el arte, la música, la literatura, la danza, el deporte o las drogas para que les den las experiencias trascendentes que al parecer requerimos los seres humanos.

Todos buscamos momentos de éxtasis y de arrobamiento, cuando habitamos nuestra humanidad con más plenitud de lo acostumbrado, y nos sentimos hondamente conmovidos en nuestro interior y momentáneamente elevados por encima de nosotros mismos. Somos criaturas en busca de sentido y, a diferencia de otros animales, caemos fácilmente en la desesperación si no somos capaces de encontrar significado y valor a nuestras vidas.

Algunos buscan nuevas vías para ser religiosos. Desde la década de 1970 se ha dado un renacimiento espiritual en muchos lugares del mundo, y la piedad militante que a menudo llamamos «fundamentalismo» es sólo una manifestación de nuestra búsqueda posmoderna de iluminación.

En nuestra situación actual, creo que podemos encontrar inspiración en el período que el filósofo alemán Karl Jaspers denominó la era axial, porque fue decisiva para el desarrollo espiritual de la humanidad. (1) Desde más o menos el 900 hasta el 200 AEC* en cuatro regiones distintas vieron la luz las grandes tradiciones mundiales que han continuado nutriendo la humanidad: el confucianismo y taoísmo en China; hinduismo y budismo en la India; monoteísmo en Israel y racionalismo filosófico en Grecia. Fue el período de Buda, Sócrates, Confucio y Jeremías, los místicos de las Upanishadas, Mencio y Eurípides.

Durante este período de intensa creatividad, unos genios espirituales y filosóficos abrieron el camino a un tipo totalmente nuevo de experiencias humanas. Muchos de ellos trabajaban anónimamente, pero otros se convirtieron en luminarias que todavía nos llenan de emoción, porque nos muestran cómo debería ser un ser humano. La era axial fue uno de los períodos más influyentes de los cambios intelectuales, psicológicos, filosóficos y religiosos de la historia que recordamos; no habrá nada comparable hasta la Gran Transformación Occidental que crearía nuestra propia modernidad científica y tecnológica.

Pero ¿cómo podían aquellos sabios de la era axial, que vivieron en circunstancias tan distintas, hablar de nuestra situación actual?
¿Por qué volvernos hacia Confucio o Buda para encontrar ayuda? Desde luego, el estudio de ese período tan distante sólo puede ser un ejercicio de arqueología espiritual, cuando lo que necesitamos es crear una fe más innovadora que refleje las realidades de nuestro propio mundo. Y sin embargo, de hecho, no hemos sobrepasado hasta ahora la sabiduría de la era axial. En tiempos de crisis espiritual y social, hombres y mujeres han vuelto la vista constantemente hacia ese período en busca de guía. Quizás hayan interpretado los descubrimientos de la era axial de forma diferente, pero nunca han conseguido ir más allá de ellos. El judaísmo rabínico, el cristianismo y el islam, por ejemplo, son florecimientos tardíos de la era axial original. Como veremos en el último capítulo de este libro, estas tres tradiciones redescubrieron la visión axial y la trasladaron maravillosamente a un lenguaje que hablaba directamente a las circunstancias de su tiempo.

Los profetas, místicos, filósofos y poetas de la era axial estaban tan avanzados y su visión era tan radical que las generaciones posteriores tendieron a diluirla. En ese proceso, a menudo se produjo precisamente el tipo de religiosidad que los reformadores de la era axial querían evitar.

Creo que esto es lo que ha ocurrido en el mundo moderno. Los sabios de aquella era tienen un mensaje importante para nuestro tiempo, pero sus conocimientos resultarán sorprendentes (incluso increíbles) para muchos que hoy en día se consideran religiosos.

Por ejemplo, a menudo se da por supuesto que la fe consiste en creer ciertas proposiciones. En realidad resulta común llamar a la gente religiosa «creyentes », como si asentir con los artículos de fe fuese su principal actividad. Pero la mayoría de los filósofos de la era axial no tenían interés alguno en doctrinas o metafísicas. Las creencias teológicas de una persona eran un asunto que provocaba indiferencia total en alguien como el Buda.

Algunos sabios incluso se negaban categóricamente a discutir de teología, afirmando que aquello les distraía y resultaba perjudicial. Otros afirmaban que era inmaduro, irreal y perverso buscar ese tipo de certeza absoluta que mucha gente espera que le proporcione la religión.

Todas las tradiciones que se desarrollaron durante la era axial ampliaron enormemente las fronteras de la conciencia humana y descubrieron una dimensión trascendental en lo más hondo de su ser, pero no contemplaron ese hecho necesariamente como sobrenatural, y la mayoría de ellas incluso se negaron a discutir ese asunto. Precisamente, como la experiencia era inefable, la única actitud correcta era un silencio reverente. Los sabios, por supuesto, no buscaban imponer sus propios puntos de vista sobre esa realidad primordial a otras personas. Más bien al contrario: según creían, nadie debería adoptar enseñanzas religiosas como artículo de fe. Era esencial cuestionárselo todo, y probar empíricamente todas las enseñanzas recibidas mediante la experiencia personal. De hecho, tal y como veremos, si un profeta o filósofo empezaba a insistir en doctrinas obligatorias, normalmente era una señal de que la era axial había perdido su impulso. Si al Buda o a Confucio les hubiesen preguntado si creían en Dios, probablemente se habrían estremecido ligeramente y habrían explicado (con gran cortesía) que esa pregunta no era adecuada. Si alguien le hubiese preguntado a Amós o a Ezequiel si era «monoteísta», si creía en un solo Dios, se habrían quedado igual de perplejos. El monoteísmo no era el tema. Encontramos pocas afirmaciones inequívocas de monoteísmo en la Biblia, pero, curiosamente, la estridencia de algunas de esas afirmaciones doctrinales en realidad se aparta del espíritu esencial de la era axial.

Lo que importaba no era lo que uno creía, sino cómo se comportaba. La religión consistía en hacer cosas que te cambiaban a un nivel profundo. Antes de la era axial, los rituales y los sacrificios animales eran parte fundamental de la búsqueda religiosa. Se experimentaba lo divino en dramas sagrados que, como en una gran experiencia teatral de la actualidad, te conducían a otro nivel de existencia. Los sabios de la era axial cambiaron este hecho; seguían valorando los rituales, pero les daban un nuevo significado ético y ponían la moralidad en el corazón de la vida espiritual. La única forma de encontrar lo que ellos llamaban «Dios», «Nirvana», «Brahmán» o «el Camino», era vivir una vida compasiva. En realidad, la religión «era» compasión. Hoy en día damos por supuesto que antes de emprender una vida religiosa debemos comprobar a nuestra entera satisfacción que existe «Dios» o «lo Absoluto». Es una buena práctica científica: primero se establece un principio, y sólo luego se aplica. Pero los sabios de la era axial dirían que eso en realidad es poner el carro antes que el caballo. Primero hay que comprometerse a llevar una vida ética; luego, la benevolencia disciplinada y habitual, y no una convicción metafísica, será la que te ofrezca indicios de la trascendencia que buscabas.

Eso significa que hay que estar dispuesto a cambiar. Los sabios axiales no estaban interesados en proporcionar a sus discípulos una pequeña elevación edificante del espíritu, después de la cual podían volver con renovado vigor a sus vidas centradas en ellos mismos. Su objetivo era crear un tipo de ser humano totalmente distinto. Todos los sabios predicaban una espiritualidad de la empatía y la compasión; insistían en que la gente debía abandonar su egoísmo y su codicia, su violencia y su crueldad. No sólo estaba mal matar a otros seres humanos, sino que tampoco había que pronunciar palabras hostiles, ni hacer gestos de irritación. Más incluso, casi todos los sabios de la era axial se dieron cuenta de que no se podía limitar la benevolencia a tu propia gente: tu preocupación debía extenderse de algún modo a todo el mundo. De hecho, cuando la gente empezó a limitar sus horizontes y sus simpatías fue otra señal de que la era axial estaba tocando a su fin. Cada tradición desarrolló su propia formulación de la Regla de Oro: no hacer a los demás lo que no quieres que te hagan a ti. Por lo que se refería a los sabios de la era axial, la religión consistía en el respeto por los derechos sagrados de todos los seres, y no en la creencia ortodoxa. Si la gente se comportaba con amabilidad y generosidad con sus compañeros, podían salvar el mundo.

Necesitamos redescubrir ese ethos axial. En nuestra aldea global, no podemos permitirnos ya una visión provinciana, exclusiva. Debemos aprender a vivir y a comportarnos como si la gente de países que están muy lejos del nuestro fueran tan importantes como nosotros mismos. Los sabios de la era axial no crearon su ética compasiva en circunstancias idílicas. Cada tradición se desarrolló en sociedades como la nuestra, desgarradas por la violencia y la guerra como nunca antes había ocurrido. En realidad, el primer catalizador del cambio religioso normalmente era un rechazo de principio a la agresividad que los sabios contemplaban en su entorno. Cuando empezaban a buscar las causas de la violencia en la psique, los filósofos axiales penetraban en su mundo interior y empezaban a explorar un reino de experiencia humana desconocido hasta entonces.

El consenso de la era axial es testimonio elocuente de unanimidad en la búsqueda espiritual de la raza humana. Las gentes axiales averiguaron que la ética compasiva funcionaba. Todas las grandes tradiciones que se crearon en aquellos tiempos están de acuerdo en la importancia suprema de la caridad y la benevolencia, y eso nos dice algo importante acerca de nuestra humanidad. Encontrar que nuestra propia fe está en profundo acuerdo con otras es una experiencia de afirmación. Sin apartarnos de nuestra tradición, por tanto, podemos aprender de otros cómo mejorar nuestra búsqueda particular de una vida empática. No podemos apreciar los logros de la era axial si no nos familiarizamos con lo que había antes, de modo que tenemos que comprender la religión preaxial de la antigüedad primera. Ésta tenía unos rasgos comunes que serían muy importantes en la era axial. La mayoría de las sociedades, por ejemplo, tenían unas creencias primigenias en un Dios Excelso, que a menudo era llamado Dios del Cielo, porque se asociaba con el firmamento.(2) Como era bastante inaccesible, tendió a desvanecerse de la conciencia religiosa. Algunos dicen que «desapareció», otros que fue desplazado violentamente por una generación más joven de dioses más dinámicos. La gente normalmente experimentaba lo sagrado como una presencia inmanente tanto en el mundo que le rodeaba como dentro de sí mismos. Algunos creían que los dioses, hombres, mujeres, animales, plantas, insectos y piedras, todos compartían la misma vida divina. Todos estaban sujetos a un orden cósmico que todo lo abarcaba y lo mantenía todo con vida. Incluso los dioses tenían que obedecer ese orden, y cooperaban con los seres humanos en la preservación de las energías divinas del cosmos. Si éstas no se renovaban, el mundo se sumiría en un vacío primordial. El sacrificio de animales era una práctica religiosa universal en el mundo antiguo. Era una forma de reciclar las fuerzas diezmadas que mantenían vivo el mundo. Existía una fuerte convicción de que la vida y la muerte, la creatividad y la destrucción estaban inextricablemente entretejidas. La gente se daba cuenta de que sobrevivían sólo porque otras criaturas entregaban sus vidas en su beneficio, de modo que la víctima animal era honrada por su autosacrificio.(3) Como no podía haber vida sin tal muerte, algunos imaginaban que el mundo había llegado a existir como resultado de un sacrificio al principio de los tiempos.

Otros contaban historias de un dios creador que había matado a un dragón (símbolo común de lo informe y lo indiferenciado) para poner orden en el caos. Cuando reconstruían aquellos actos míticos en sus liturgias ceremoniales, los adoradores creían que se habían introducido en el tiempo sagrado. A menudo empezaban un nuevo proyecto realizando un ritual que representaba la cosmogonía original, para dar a su frágil actividad mortal una infusión de fortaleza divina. Nada podía permanecer si no estaba «animado» o dotado con un «alma» de esa forma.(4) La religión antigua dependía de lo que se ha dado en llamar la filosofía perenne, porque estaba presente, de alguna forma, en la mayoría de las culturas premodernas. Cada persona, objeto u experiencia en la tierra era una réplica, una pálida sombra de una realidad en el mundo divino.(5) El mundo sagrado era, por tanto, el prototipo de la existencia humana, y como era mucho más rico, fuerte y resistente que ninguna otra cosa sobre la tierra, hombres y mujeres deseaban con desesperación participar en él. La filosofía perenne es todavía un factor clave, hoy en día, en la vida de algunas tribus indígenas. Los aborígenes australianos, por ejemplo, experimentan el reino sagrado del Tiempo Soñado como algo mucho más real que el mundo material. Tienen breves atisbos del Tiempo Soñado cuando duermen o en momentos de visiones; es eterno y «omnipresente». Forma un telón de fondo perpetuo tras la vida corriente, que se ve constantemente debilitada por la muerte, el flujo, el cambio incesante. Cuando un australiano va a cazar, ajusta su conducta tan estrechamente a la del Primer Cazador que se siente totalmente unido a él, captado por su realidad mucho más potente. Después, cuando se aparta de la riqueza primordial, teme que el dominio del tiempo le absorba, y le reduzca a la nada a él y a todo lo que hace.(6) Ésa era también la experiencia de los pueblos de la antigüedad. Sólo cuando imitaban a los dioses en rituales y abandonaban la solitaria y frágil individualidad de sus vidas en el tiempo actual existían de verdad.

Alcanzaban su verdadera humanidad cuando dejaban de ser sólo ellos mismos, y repetían los gestos de otros.(7) Los seres humanos son profundamente artificiales.(8) Luchan constantemente por mejorar su naturaleza y aproximarse a un ideal. Aun en los tiempos presentes, cuando ya hemos abandonado la filosofía perenne, la gente sigue como esclavos los dictados de la moda e incluso violentan sus caras y sus cuerpos para reproducir los modelos actuales de belleza. El culto a las celebridades muestra que todavía reverenciamos a unos modelos que personifican la «suprahumanidad». A veces la gente se desvive por ver a sus ídolos, y notan una sensación de euforia y bienestar en su presencia. Imitan sus ropas y su conducta. Parece que los seres humanos tienden de forma natural hacia el arquetipo y lo paradigmático. Los sabios axiales desarrollaron una versión más auténtica de esta espiritualidad y enseñaron a la gente a buscar el propio ser ideal y arquetípico en su propio interior.

La era axial no era perfecta. Un grave defecto era su indiferencia hacia las mujeres. Esas espiritualidades se desarrollaron casi todas en entornos urbanos, dominados por el poder militar y la actividad comercial agresiva, donde las mujeres tendían a perder el estatus del que habían disfrutado en una economía más rural. No existen sabias axiales, y aunque a las mujeres se les permitía tener un papel activo en la nueva fe, normalmente se las dejaba a un lado. No es que los sabios axiales odiasen a las mujeres, sino que la mayor parte del tiempo sencillamente ni se fijaban en ellas. Cuando hablaban del «hombre grande» o «iluminado » no se referían a «hombres y mujeres»... aunque la mayoría de ellos, si se les hubiese cuestionado, probablemente habrían admitido que las mujeres eran capaces también de esa liberación.

Precisamente, como la cuestión de las mujeres es tan secundaria para la era axial, me he dado cuenta de que cualquier discusión sostenida sobre este tema es una distracción. Cuando he intentado abordarla, me ha parecido que no venía al caso. Sospecho que merece un estudio por sí solo. No es que los sabios axiales fuesen misóginos empedernidos, como algunos de los padres de la Iglesia, por ejemplo. Eran hombres de su tiempo, y tan preocupados por la conducta agresiva de los de su propio sexo que raramente concedían un solo pensamiento a las mujeres. No podemos seguir a los reformadores axiales de una forma servil; en realidad, hacerlo sería violar de forma fundamental el espíritu de la era axial, que insistía en que ese tipo de conformidad situaba a la gente en una versión inferior e inmadura de sí mismos. Lo que podemos hacer es ampliar a todos el ideal axial de preocupación universal, incluyendo el sexo femenino. Cuando intentamos recrear la visión axial, debemos poner también sobre la mesa los mejores logros de la modernidad.

Los pueblos axiales no evolucionaron de forma uniforme. Cada uno se fue desarrollando a su ritmo. A veces consiguieron una sabiduría que era realmente digna de la era axial, pero luego la abandonaron. La gente de la India siempre estuvo a la vanguardia del progreso axial. En Israel, profetas, sacerdotes e historiadores se aproximaron al ideal esporádicamente, a tropezones, hasta que se vieron exiliados en Babilonia en el siglo VI y experimentaron un breve e intenso período de extraordinaria creatividad. En China se dio un progreso lento y constante, hasta que Confucio desarrolló la primera espiritualidad axial plena a finales del siglo VI. Desde el principio los griegos fueron en una dirección completamente distinta de los demás pueblos.

Jaspers creía que la era axial era más contemporánea de lo que fue en realidad. Él pensaba, por ejemplo, que Buda, Lao Tse, Confucio, Mozi y Zoroastro vivieron más o menos al mismo tiempo. Los eruditos modernos han revisado esa cronología. Ahora sabemos con seguridad que Zoroastro no vivió durante el siglo VI, sino que es una figura mucho más temprana. Resulta muy difícil datar algunos de estos movimientos con precisión, especialmente en la India, donde había muy poco interés por la historia, y no se hacía ningún intento de llevar un registro cronológico preciso. La mayoría de los orientalistas están de acuerdo actualmente, por ejemplo, en que Buda vivió un siglo entero más tarde de lo que antes se creía. Y Lao Tse, el sabio taoísta, no vivió durante el siglo VI, como asumía Jaspers. En lugar de ser contemporáneo de Confucio y Mozi, casi con toda seguridad vivió en el siglo III. He intentado mantenerme al corriente de los debates eruditos más recientes, pero hasta el momento muchos de esos datos son puras especulaciones, y probablemente nunca los conoceremos con seguridad.

Pero a pesar de estas dificultades, el desarrollo general de la era axial nos da una visión de la evolución espiritual de ese ideal tan importante. Seguiremos ese proceso cronológicamente, siguiendo el progreso de los cuatro pueblos axiales uno junto al otro y examinando la nueva visión que iba tomando raíces gradualmente, para luego subir hasta alcanzar un punto álgido y finalmente desvanecerse al acabar el siglo III. Sin embargo, ése no fue el final de la historia. Los pioneros de la era axial habían puesto los cimientos sobre los que otros podrían construir. Cada generación intentaría adaptar esas visiones originales a sus propias circunstancias peculiares, y ésa debe ser nuestra tarea hoy en día.



1. Karl Jaspers, The Origin and Goal of History, Londres, 1953, págs. 1-70 (trad. cast.: Origen y meta de la historia, Barcelona, Altaya, 1995).

* A menos que se especifique lo contrario, todas las fechas son «antes de la era común».

2. Mircea Eliade, Myths, Dreams and Mysteries: The Encounter Between Contemporary Faiths and Archaic Realities, Londres, 1960, págs. 172-178 (trad. cast.: Mitos, sueños y misterios, Madrid, Grupo Unido de Proyectos y Operaciones, 1991); Wilhelm Schmidt, The Origin of the Idea of God, Nueva York, 1912.

3. Walter Burkert, Homo Necans: The Anthropology of Ancient Creek Sacrificial Ritual and Myth, Berkeley, Los Ángeles, y Londres, 1983, págs. 16-22; Joseph Campbell y Bill Moyers, The Power of Myth, Nueva York, 1988, págs. 72-74 (trad. cast.: El poder del mito, Barcelona, Salamandra, 1991).

4. Eliade, Myths, Dreams and Mysteries, págs. 80-81; Mircea Eliade, The Myth of the Eternal Return, or, Cosmos and History, Princeton, 1959, págs. 17-20 (trad. cast.: El mito del eterno retorno, Madrid, Alianza, 2000).

5. Eliade, Myth of the Eternal Return, págs. 1-34.

6. Huston Smith, The World's Religions: Our Great Wisdom Traditions, San Francisco, 1991, pág. 235 (trad. cast.: Las religiones del mundo, Barcelona, Kairós, 2005).

7. Eliade, Myth of the Eternal Return, págs. 34-35.

8. Jaspers, Origin and Goal of History, pág. 40.


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Entrevista a Karen Armstrong: "La violencia no interesó a los fundadores de las grandes religiones"


Dios no va a la guerra

"Los cruzados y los terroristas usan a Dios para estampar un sello sagrado en los prejuicios humanos", asegura en una entrevista Karen Armstrong.

La ex monja británica y especialista en historia de las religiones publica un nuevo libro, La gran transformación, y critica la manipulación política de las grandes creencias.

Karen Armstrong se dedica al estudio de las religiones como terapia a una enojosa frustración juvenil que la llevó a renunciar a su fe católica. De familia irlandesa, criada en Birmingham (Reino Unido), tenía vocación de monja y, con 17 años, entró en un convento. Colgó los hábitos siete años después. En 1984, el británico Channel 4 le encargó un programa sobre San Pablo con un equipo israelí. En Tierra Santa se interesó por el judaísmo y el islam, ampliándolo al budismo, hinduismo y otras tradiciones asiáticas. Sus ensayos sobre Dios y biografías de Mahoma y Buda, entre otros, son obligatorios para comprender los pilares contemporáneos. Ahora se edita en España La gran transformación: el mundo en tiempos de Buda, Sócrates, Confucio y Jeremías (Paidós), donde se remonta a la "era axial" en busca de las raíces comunes a las grandes religiones que alumbren el futuro. "Debemos aceptar las diferencias sin forzar a ser como nosotros", aconseja, a sus 62 años en su domicilio de Londres.

PREGUNTA. ¿Qué importancia tiene la "era axial", entre los años 900 y 200 antes de Cristo, designado por Karl Jaspers?

RESPUESTA. Tiene una fuerte relevancia. La religión se asocia a menudo con la violencia y el dogmatismo, pero ambos no interesaron a los fundadores de las grandes religiones. Y, en muchos casos, una repulsión a la violencia fue el catalizador de los cambios religiosos.

P. ¿Cómo se perdieron los valores para que haya gente que mate en nombre de Dios?

R. Todas las ideologías se distorsionan por el egoísmo, la avaricia, la ambición y el egocentrismo. Somos esencialmente egocéntricos, pero, de llegar al otro lado del ego, se entra en una fase alternativa de conciencia; dios, nirvana, brahmán o sagrado. Los sabios axiales coinciden en que la compasión es la mejor forma de superar el ego.
Pero la gente no quiere ser compasiva, prefiere llevar la razón.

P. ¿Cree en la verdad absoluta?

R. Nunca se puede definir la verdad suprema, porque lo que llamamos dios va más allá de las palabras y los conceptos. El peligro es la gente que encaja a dios en el sistema humano. Los cruzados, los inquisidores y los terroristas actuales dicen que dios está de su lado. Es un dios creado a su propia imagen. En la historia se ha utilizado a dios para estampar con un sello sagrado los prejuicios humanos.

P. ¿El miedo y la sospecha han suplantado a la compasión?

R. Sí, miedo y, en el mundo musulmán, acompañado de un sentimiento de injusticia por cómo se les trata desde el periodo colonial. De esa época parten la mayoría de nuestros problemas. Utilizamos Oriente Próximo como gasolineras de crudo barato. Promocionamos a líderes en contra de la voluntad del pueblo. Crece la desesperanza y muchos musulmanes identifican el conflicto árabe-israelí como símbolo de un mundo hostil.

P. ¿Recela de la cruzada democrática lanzada por EE UU?

R. La democracia es un buen sistema, pero no puede imponerse con tanques y armas. Debe emanar de un pueblo que se sienta libre. Los poderes occidentales no quieren democracia en todo Oriente Próximo. Hamás ha sido democráticamente elegido, y Occidente debe aceptarlo. Les estamos diciendo: democracia para nosotros sí; para vosotros no.

P. ¿Avanzamos hacia un choque de civilizaciones?

R. No, pero nos esmeramos por crearlo. Irak es una catástrofe absoluta y aún no hemos visto todo. La mayoría de los americanos no admira nada de los musulmanes y éstos, la libertad de Occidente, según una encuesta Gallup, realizada en Estados Unidos y en diez países musulmanes. Nosotros también admiramos la libertad, así que no hay un choque. Significativo en el sondeo es que los musulmanes destacaron la falta de respeto por el islam y la interferencia en sus asuntos entre lo que más les molesta de Occidente.

P. ¿Cuál es su posición en el debate europeo entre integración o asimilación de los inmigrantes?

R. Hay mucha intolerancia en ambos lados, acrecentada por la situación internacional y el ambiente de hostilidad en la cultura receptora. Como en Francia, donde nadie está autorizado a llevar velo. Cuando se prohíbe a las mujeres cubrirse con un pañuelo, se apresuran en masa a ponérselo. En EE UU y en el Reino Unido utilizan el hiyab para disociarse de sus gobiernos. Cuando yo era monja, nadie me pidió que me quitara el velo.
Las monjas son de nuestro bando; el velo musulmán es del otro.

P. Es difícil comparar el velo y el hábito en sociedades cristianas.

R. El velo no es necesariamente hostil a la mujer. Ninguna mujer debería verse obligada a ponerse nada que no desee. Mi hábito era incómodo, caluroso y poco higiénico. Pero también liberador puesto que nunca tuve que preocuparme del maquillaje, el peinado o la ropa. Aquí se utiliza el cuerpo femenino para vender productos y hay una masiva industria que fuerza a mantener la silueta. Antes de señalar con el dedo las normas de otras culturas, deberíamos analizar las nuestras. Con el velo, la musulmana reacciona en contra de estos valores occidentales. Prefieren cubrirse en vez de revelar todo al exterior. Alcanzar la modernidad bajo sus cánones y no imitando a las occidentales. Estos movimientos religiosos están entresacando un punto oscuro de la modernidad, un aspecto de la ética moderna que no es del todo correcto.

P. ¿Es posible reconciliarse?

R. Sí, no forzando a nadie a parecerse a nosotros, aceptando las diferencias. Nos enorgullecemos de ser justos, tolerantes y compasivos, pero en mayor o menor medida, somos islamafóbicos.

"El estudio es mi religión"


En los años setenta, Karen Armstrong renegó de la fe cristiana, defraudada de la "crueldad" de la Iglesia en los siete años que vistió el hábito.

"Me resultaría muy difícil regresar a la Iglesia bajo este Papa o el anterior", advierte. "Aunque", añade, "ninguna religión es mejor. En su base todas enseñan la ética de la compasión y cada una tiene su propio genio particular, sus defectos e imperfecciones". "Mi religión es el estudio, mis rezos son mis estudios", afirma esta mujer que ha enfocado su vida a la lectura y diseminación del pensamiento religioso. "Dedico seis o siete horas al día a estudiar los textos y experimento momentos de sobrecogimiento, asombro y júbilo, como quien escucha una buena pieza de música. Es una forma reconocida de espiritualidad. Se me puede ver como una convaleciente. Así me recupero de mi enojo con la religión".

En el Reino Unido pocos han contribuido como Armstrong -ella menciona al príncipe Carlos- a defender el islam y promocionar una mejor comprensión de las sociedades musulmanas. "Lo más extraordinario del mundo actual es que todos podemos aprender de las religiones de los demás. Los cristianos pueden aprender mucho del budismo, que hace hincapié en la práctica y la compasión y no habla de teología porque lo considera una pérdida de tiempo. El Corán también señala que discutir de cuestiones teológicas, particularmente en tono enfurecido, arruina la religión".


Fuente: Entrevista de Lourdes Gómez en El País (15/09/07)

La escritora Karen Armstrong Jerry Bauer UK

A los 17 años, Karen Armstrong se convirtió en monja. Siete años más tarde lo dejó para convertirse en filóloga y estudiar las muchas caras de Dios. "No pude entregarme a Él como lo hacían las otras", explica en sus memorias. Curiosamente, la escritora renegada recuperó la fe años más tarde, escribiendo la biografía de Mohammed, sólo que no de la manera habitual. Si fuera músico, los críticos la llamarían "francotiradora". Ella se define ahora como una "monoteísta freelance".

"Jesús no pasaba el tiempo sermoneando sobre la trinidad, el pecado original o las encarnaciones", explicaba en una entrevista. "En el Corán, la especulación metafísica se rechaza como un ejercicio de autoindulgencia". Armstrong rechaza las religiones organizadas porque han perdido de vista lo esencial y recurre a un conocimiento profundo de las religiones a lo largo de la historia para cimentar su individualidad frente a lo divino. "La regla de oro -explica- de Confucio a Israel, es 'No hagas a otros lo que no quieres que te hagan a tí'". Karen Armstrong tiene tantos detractores entre los católicos como los ateos. Por suerte para ella, persiguiéndola confirman sus teorías sobre el radicalismo espiritual.

En su último libro (cuyo primer capítulo ponemos a disposición de los lectores), titulado La gran transformación (Paidós, 2007), Armstrong examina el pensamiento y doctrina de Confucio, Buda, Sócrates, Jeremías, Ezequiel y los místicos desconocidos del Upanishad, en busca de las raices comunes de las cuatro religiones modernas que explican el orígen del mundo en que vivimos. Su visión racional sobre la necesidad de lo trascendente sobre la afiliación fanática a las organizaciones religiosas es refrescante y necesaria en un tiempo en que la fé vuelve a ser el opio del pueblo y el espejo más conveniente de la colonización territorial.

* La gran transformación

Los grandes teólogos cristianos, musulmanes y judíos llegaron a la conclusión de que era mejor creer que Dios no existe porque nuestra idea de existencia es demasiado pobre para él. "La religión -dice- es un trabajo duro". Ella lleva casi veinte libros buscándo y no tiene intención de parar.

Entre la razón y la compasión


En su nuevo libro, Karen Armstrong analiza las figuras de Buda, Confucio, Sócrates y Jeremías, y sus enseñanzas en India, China, Grecia e Israel.
Su conclusión es clara: la religión que declare la guerra a la razón moderna sufrirá la derrota de la fe que proclama.
Y a su vez, la sociedad laica que prescinda de los saberes religiosos se verá gravemente dañada.

Con motivo de la publicación de uno de sus últimos libros, The Sunday Times se refería a la británica Karen Armstrong (1944) en estos términos: "Posee un talento deslumbrante; es capaz de abordar un tema complejo y reconducirlo a sus aspectos esenciales, sin caer en simplificaciones".



Es, tal vez, la mejor caracterización que se puede ofrecer de esta "monja fugitiva", como ella misma se autocalifica, aludiendo así a los siete años de rígida vida monacal que pasó en un convento de la Sociedad del Sagrado Niño Jesús. Abandonado el convento, Karen Armstrong emprendió una vida, también "rígida", de estudio, docencia e investigación. Fue decisivo el viaje que, en 1984, la condujo a Jerusalén. A partir de esta fecha se centró en un gran proyecto de investigación:
el estudio de las grandes tradiciones religiosas de la humanidad, especialmente de las monoteístas: judaísmo, cristianismo e islamismo.
Hoy es ya una voz imprescindible. La avalan títulos de resonancia mundial como Una historia de Dios; Jerusalén, una ciudad y tres religiones; El islam; Los orígenes del fundamentalismo en el judaísmo, el cristianismo y el islam, y La gran transformación, obra que hoy presentamos.

Karen Armstrong no predica ninguna religión. Sólo pretende que impere la lucidez en todas ellas. De ahí que las estudie y analice con detenimiento, intentando desvelar sus lejanos orígenes y narrar, con notable objetividad, su milenaria historia, ambigua y ejemplar a la vez.

Considera que las religiones monoteístas -no sólo el islam- han desarrollado una forma agresiva de fe frente a la cultura laica moderna. Y, como Kant, Armstrong piensa que una religión que declare la guerra a la razón moderna no podrá, a la larga, salir victoriosa.
Ése es un camino que conduce inexorablemente a la derrota de la fe. Pero puede haber más derrotados. "Occidente", escribe Armstrong, "también tiene un problema". También la moderna cultura laica occidental puede resultar gravemente dañada si prescinde de sabidurías -religiosas- más antiguas que ella.

"Una educación puramente racional no basta", sentencia nuestra autora. La cultura heredera del Siglo de las Luces no debería rechazar ninguna luz, aunque sea religiosa y venga acompañada de las inevitables sombras que el paso del tiempo se encarga siempre de acumular.

Al final de La gran transformación, su autora deja constancia de que vivimos en un mundo trágico donde no hay respuestas sencillas. Si las religiones aportan sentido a ese mundo roto, sean bienvenidas. Y hay algo innegable: en el fondo de todas las religiones anida la compasión, sin la cual la supervivencia de la humanidad no parece fácil ni viable. Parece, pues, que un encuentro educado y amable entre la razón de Occidente y la compasión de las religiones no perjudicaría a ninguna de las partes.
La actitud combativa debería hacer sitio al diálogo y al entendimiento.

En La gran transformación, obra que lleva por subtítulo El principio de nuestras tradiciones religiosas, la autora emprende un largo, original y fascinante viaje.

Llama "gran transformación" a aquella impresionante revolución espiritual que Karl Jaspers denominó "tiempo-eje" o "era axial" de la humanidad. Se trató de un tiempo decisivo para el devenir de las culturas y de las religiones. Jaspers habla incluso de una "tercera fundación de la humanidad" (la primera sería la "hominización" y la segunda "el surgimiento de las grandes culturas").

Según Karen Armstrong, hubo que esperar hasta el siglo XVI para vivir una nueva época axial: la que supuso la "revolución científica" que transformó el mundo. Esta vez todo se debió al genio científico occidental. Sus "héroes" fueron Newton, Freud y Einstein.

La otra, la que estudia Armstrong, fue cosa de genios espirituales de la talla de Buda, Sócrates, Confucio, Jeremías, los místicos de los Upanishad, Platón, Aristóteles y algunos otros.

Se trató de un periodo prolongado. Modificando la cronología de Jaspers, Armstrong lo sitúa entre los años 900 y 200. El escenario fueron cuatro regiones muy diferentes de la tierra en las que aparecieron las grandes tradiciones mundiales que continúan alimentando a millones de seres humanos:
confucianismo y taoísmo en China;
hinduismo y budismo en la India;
monoteísmo en Israel, y
racionalismo filosófico en Grecia. La era axial conocerá un segundo, tardío, florecimiento:
el judaísmo rabínico, el cristianismo y el islamismo.

La aventura que espera al lector de esta voluminosa obra es, creo, apasionante. Ante sus ojos irán desfilando excelentes retratos de los sabios axiales empeñados en descubrir cómo debería ser un ser humano. Eran gentes que andaban constantemente "buscando algo más".

Tal vez fue esa permanente inquietud la que los convirtió en guías fiables, en orientadores filosóficos, en maestros espirituales. De hecho, el paso del tiempo los ha respetado. Hasta ahora no hemos superado la sabiduría de la era axial. Una sabiduría que se concretaba en descubrimientos tan "sencillos" como éstos:
la vida es más importante que las teorías;
el ser humano trasciende lo que le rodea;
existe la experiencia de lo inefable -el misterio- y su escucha silenciosa;
los rituales y los sacrificios, tan propios de la era preaxial, han sido desplazados por la ética;
el acceso a lo que los sabios axiales llamaban Dios, Nirvana, Brahman o "el Camino" pasa por una vida compasiva;
en realidad, la religión era compasión, empatía, benevolencia universal, regla de oro sin fronteras;
rechazo de la agresividad, de la violencia, de la guerra y hasta de las miradas hostiles; prevalencia de lo personal sobre lo grupal,
de la interioridad sobre la llamada del exterior.

Y un largo etcétera.

Eso sí: no hay luces sin sombras.
La era axial no se enteró de que había mujeres.
No hay sabias axiales.
El motivo, según Karen Armstrong, no hay que buscarlo en la misoginia, sino en la más perfecta de las indiferencias frente al género femenino.
Cuando se hablaba de "grandes hombres" no se incluía ciertamente a hombres y mujeres. Y es que, probablemente, casi todas las grandes espiritualidades de la era axial se desarrollaron en entornos urbanos, dominados por el poder militar y la actividad comercial agresiva;
en tales escenarios, las mujeres tendían a perder el estatus del que habían disfrutado en una economía rural.

Finalmente: este libro, como todos los de Armstrong, es de alta divulgación y de estilo literario sobrio y atractivo. Sus lectores, además de aprender mucho, disfrutarán no poco.

viernes, 14 de septiembre de 2007

El juez EMILIO CALATAYUD - humanidad en la justicia

Humanidad y sentido comun como diria el:




El presente libro recoge las reflexiones que el Juez de Menores de Granada, Emilio Calatayud, ha ido expresando a lo largo de estos últimos años en conferencias, entrevistas, ponencias, etcétera. Se ha tomado como punto de partida las videograbaciones de dichos actos y, a partir de los mismos, ofrecemos aquí sus opiniones con el convencimiento de que se trata de una valiosa mirada para entender mejor nuestra realidad social.

Entre sus reflexiones podemos encontrar algo como esto:

Consejos para formar a un delincuente:

1 Comience desde la infancia dando a su hijo todo lo que pida. Así crecerá convencido de que el mundo entero le pertenece.
2 No le dé ninguna educación espiritual. Espere que alcance la mayoría de edad para que pueda decidir libremente.
3 Cuando diga palabrotas, ríaselas. Esto le animará a hacer mas cosas graciosas.
4 No le regañe nunca ni le diga que está mal algo de lo que hace. Podría crearle complejos de culpabilidad.
5 Recoja todo lo que él deja tirado: libros, zapatos, ropa, juguetes... hágaselo todo, así se acostumbrará a cargar la responsabilidad sobre los demás.
6 Déjele leer todo lo que caiga en sus manos, cuide de que sus platos, cubiertos y vasos estén esterilizados, pero que su mente se llene de basura.
7 Dispute y riña a menudo con su cónyuge en presencia del niño, así no se sorprenderá ni le dolerá demasiado el día en que la familia quede destrozada para siempre.
8 Dele todo el dinero que quiera gastar, no vaya a sospechar que para disponer de dinero es necesario trabajar.
9 Satisfaga todos sus deseos, apetitos, comodidades y placeres. El sacrificio y la austeridad podrían producirle frustraciones.
10 Póngase de su parte en cualquier conflicto que tenga con sus profesores, vecinos, etc. Piense que todos ellos tienen prejuicios contra su hijo y que de verdad quieren fastidiarle.

.................................................ENTREVISTA

-------------------------------conferencia

Emilio Calatayud es Licenciado en ICADE y Licenciado en Derecho por la Universidad de Granada en 1977. Abogado en ejercicio en Ciudad Real durante dos años, en 1980 ingresa en la Carrera Judicial, siendo destinado a Güimar, Tenerife. Es profesor adjunto de Derecho Penal en la Universidad de la Laguna desde 1981 a 1984, año en el que es destinado a Granada para desempeñar los Juzgados de Distrito nº3, Juzgado de 1ª Instancia nº4 y Juzgado de Instrucción nº4. Profesor asociado de Derecho Procesal de la Universidad de Granada durante los años 1985 a 1994, en 1988 realiza el primer curso de especializacion como Juez de Menores, ejerciendo como tal en dicho juzgado hasta la actualidad.

viernes, 24 de agosto de 2007

antigua sabiduria de Nativos Americanos

He oído palabras y más palabras, pero nada se ha hecho. Las buenas palabras no duran si no se convierten en hechos. Las palabras no pagan la muerte de mi pueblo. No pagan la pérdida de mi país, ahora invadido por los hombres blancos. No protegen la tumba de mi padre. No pagan mis caballos y mi ganado. Las buenas palabras no devolverán a mis hijos. Las buenas palabras no cumplirán la promesa de vuestro Jefe Guerrero, el general Miles. Las buenas palabras no devolverán la salud a mi pueblo ni evitarán que muera. Las buenas palabras no darán a mi pueblo un hogar donde pueda vivir en paz y cuidar de sí mismo.



Si el hombre blanco quiere vivir en paz con el indio, puede vivir en paz. No tiene por qué haber problemas. Tratad a todos los hombres por igual. Dadles la misma ley. Dadles a todos la misma oportunidad para vivir y crecer. Todos los hombres han sido creados por el mismo Jefe Gran Espíritu. Todos son hermanos. La tierra es la madre de todos los hombres, y todos los hombres deberían tener los mismos derechos sobre ella.



Todos hemos nacido de una mujer, aunque somos diferentes en muchas cosas. No nos pueden hacer de nuevo. Vosotros sois tal como os hicieron, y tal como os hicieron podéis seguir siendo. Nosotros somos tal como nos hizo el Gran Espíritu, y no podéis cambiarnos; entonces, ¿por qué habrían de pelearse los hijos de una misma madre y un mismo padre?, ¿por qué uno habría de engañar al otro? Yo no creo que el Jefe Gran Espíritu diera a una clase de hombres derecho de decir a otra clase de hombres lo que deben hacer.

Jefe Joseph de los nez percés, 1879.




Para nosotros, las grandes llanuras abiertas, las hermosas colinas onduladas y los ríos serpenteantes y de curso enmarañado, no eran salvajes. Sólo para el hombre blanco era salvaje la naturaleza, y sólo para él estaba la tierra infestada de animales salvajes y gentes bárbaras. Para nosotros era dócil. La tierra era generosa y estábamos rodeados de las bendiciones del Gran Misterio. Para nosotros no fue salvaje hasta que llegó el hombre velludo del este y con brutal frenesí amontonó injusticias sobre nosotros y las familias que amábamos. Cuando los mismos animales del bosque empezaron a huir de su proximidad, entonces empezó para nosotros el Salvaje Oeste.

Luther Oso Erecto, jefe sioux




Mi sol se ha puesto. Mi día ha terminado. La oscuridad va cubriéndome lentamente. Antes de tenderme para no levantarme más, quiero hablar a mi pueblo. Escuchadme, pues éste no es momento para decir mentiras. El Gran Espíritu nos creó, y nos dio esta tierra en la que vivimos. Nos dio el bisonte, el antílope y el ciervo para pudiéramos comer y vestirnos. Nuestros territorios de caza se extendían desde el Mississipi hasta las grandes montañas.

Éramos libres como los vientos y ningún hombre nos daba órdenes. Luchábamos contra nuestros enemigos y festejábamos a nuestros amigos. Nuestros valientes expulsaban a todos los que querían llevarse nuestra caza. Capturaban mujeres y caballos a nuestros enemigos. Nuestros hijos eran muchos y nuestros rebaños, grandes. Nuestros ancianos hablaban con los espíritus y hacían buena medicina. Nuestros jóvenes cazaban y hacían la corte a las muchachas. Allí donde estaba el tipi, allí nos quedábamos, y ninguna casa nos aprisionaba.

Nadie decía: «Hasta aquí es mi tierra, hasta allí la tuya». Entonces el hombre blanco, un extraño, llegó a nuestros territorios de caza. Le dimos carne y regalos, y le dijimos que fuera en paz. Observó a nuestras mujeres y se quedó a vivir en nuestros tipis. Llegaron otros como él y construyeron sus carreteras a través de nuestros territorios de caza.

Trajo entre nosotros el hierro misterioso que dispara.

Trajo con él el agua mágica que vuelve necios a los hombres. Con sus baratijas y abalorios incluso compró a la muchacha a la que yo amaba. Dije: «El hombre blanco no es un amigo, matémoslo». Pero su número era mayor que las hojas de hierba.

Hicieron desaparecer el bisonte y mataron a nuestros mejores guerreros. Se quedaron nuestras tierras y nos rodearon de vallas. Sus soldados acamparon fuera con cañones con los que disparar contra nosotros. Borraron el rastro de nuestro pueblo de la faz de las praderas. Obligaron a nuestros hijos a abandonar las costumbres de sus padres. Cuando me vuelvo hacia el este, no veo el alba. Cuando me giro hacia el oeste, la noche que se acerca lo oculta todo.

Testimonio de un anciano indio

lunes, 30 de julio de 2007

Algunas ideas del economista Nicholas Georgescu-Roegen

Bioeconomía básica - (ademas usando el sentido comun)

Georgescu-Roegen es el padre de la Economía-Ecológica, en el que la Termodinámica, y con ella el Segundo Principio juega un papel fundamental. Nosotros (unos cuantos ingenieros termodinámicos de todo el mundo) contribuimos a crear la Termoeconomía que es una herramienta para la mejora y optimización de los sistemas energéticos y que se basa en la aplicación sistemática del Segundo Principio utilizando las ideas de coste y eficiencia.



Sería necio proponer una renuncia total a la comodidad industrial. La humanidad no regresará a las cuevas o, mejor dicho, a los árboles, pero hay ciertos puntos que se pueden incluir en un programa bioeconómico mínimo.

Primero, debe abolirse por completo la producción de todos los instrumentos de guerra, no sólo la guerra misma.

Es en extremo absurdo (y también hipócrita) seguir cultivando tabaco si declaradamente nadie pretende fumar.
Las principales naciones productoras de armamentos pueden lograr un consenso en torno a esta prohibición sin mayores dificultades si, como afirman, también poseen la sabiduría para dirigir a la humanidad. ..
Abandonar la producción de todos los instrumentos de guerra no sólo eliminará las matanzas masivas con armas ingeniosas; también liberará una buena proporción de fuerzas productivas que se podrán destinar a la ayuda internacional sin reducir el estándar de vida de los países correspondientes.



Segundo, con estas fuerzas productivas así como con medidas bien planeadas y de buena fe se debe ayudar a las naciones subdesarrolladas a lograr lo más pronto posible condiciones buenas (no suntuosas) de vida. Ambos extremos del espectro deben participar realmente en los esfuerzos requeridos por esta transformación y reconocer el imperativo de un cambio radical en sus polarizados puntos de vista sobre la vida [11].


Tercero, se debe reducir en forma gradual la población mundial hasta alcanzar un nivel en que la humanidad toda se pueda alimentar adecuada y exclusivamente con productos agrícolas orgánicos [12]. Sobra señalar que las naciones que ahora tienen un alto crecimiento demográfico deberán realizar grandes esfuerzos para tener logros lo más pronto posible en esta dirección.


Cuarto, hasta que el uso directo de la energía solar se convierta en una realidad generalizada o se logre la fusión controlada, todo gasto de energía (por sobrecalentamiento, sobreenfriamiento, velocidad o iluminación excesivas, etc.) se debe evitar a toda costa y si es necesario legislar al respecto.


Quinto, nos debemos curar de la mórbida sed de poseer lujosos aparatos, espléndidamente ilustrados por un artículo tan contradictorio como el carrito de golf, y del ansia de esplendores tan gigantescos como automóviles para dos garajes. Cuando hagamos eso, los fabricantes dejarán de manufacturar esos "bienes".


Sexto, debemos también eliminar la moda, "esa enfermedad de la mente humana", como la llama el abad Ferdinando Galiani en su celebrado Della moneta (1759).
Es verdaderamente una enfermedad de la mente tirar un abrigo o un mueble cuando aún pueden desempeñar su propósito específico, pero obtener un auto "nuevo" cada año y remodelar la casa cada dos es un crimen bioeconómico.

Otros autores han propuesto que se elaboren bienes que duren mas, pero es aún más importante que los consumidores aprendan a rechazar la moda;

sólo entonces los fabricantes se preocuparán por la durabilidad.


Séptimo, y muy relacionado con el anterior, es preciso ampliar la vida útil de los bienes duraderos con diseños que permitan repararlos (Una analogía plástica de hoy día es que, en muchos casos, tenemos que tirar un par de zapatos sólo porque se ha roto una suela.).


Octavo, - respecto al tiempo libre - ..en obligada armonía con los pensamientos anteriores, nos debemos curar de lo que he designado el "circúndrome de la máquina de afeitar ": afeitarse más rápidamente para tener más tiempo para trabajar en una máquina que afeite con mayor rapidez para tener más tiempo para trabajar en una máquina de afeitar aún más rápida, y así ad infinitum.

Este cambio exigirá una gran cantidad de retractaciones por parte de todas esas profesiones que han embaucado al hombre en esta vacía regresión infinita.

Debemos llegar a comprender que un requisito previo importante para una vida buena es disponer de una cantidad considerable de ocio empleado de manera inteligente.


...Consideradas sobre papel, en abstracto, las recomendaciones anteriores en conjunto serían razonables para cualquiera dispuesto a examinar la lógica en que descansan. Sin embargo, desde que me interesé en la naturaleza entrópica del proceso económico he tenido en mente un pensamiento:
¿la humanidad hará caso de un programa que implique limitar su adicción a la mal entendida "comodidad" ?
Tal vez el destino del hombre sea vivir una existencia corta pero "apasionante", excitante y derrochadora, más que una vida prolongada, tranquila y vegetativa. Que otras especies (las amebas, por ejemplo) sin ambiciones espirituales hereden una tierra aún bañada en abundancia por la luz del Sol......



Referencias

Artin, Tom (1973) Earth Talk: Independent Voices on the Environment (Nueva York, Grossman)

Daniels, Farrington (1964) Direct use of the Sun's Energy (New Haven, Yale University Press)

Georgescu-Roegen, Nicholas (1969) Process in Farming versus Process in Manufacturing: A problem of Balanced Development (Economic Problems of Agriculture in Industrial Societies, Ugo Papi y Charles Nunn, comp. Londres, Macmillan; Nueva York, St. Martin's Press, pp. 497-528)

Georgescu-Roegen, Nicholas (1966) Analytical Economics: Issues and Problems (Cambridge, Harvard University Press)

Georgescu-Roegen, Nicholas The Entropy Law and the Economic Problem (Reimpreso en este volumen)

Georgescu-Roegen, Nicholas (1971) The Entropy Law and the Economic Process (Cambridge, Harvard Universty Press) (Hay traducción española: (1996) La Ley de la Entropía y el proceso económico (Madrid: Fundación Argentaria - Visor Dis.) )

Guillete, Robert (1972) Nuclear Safety: Damaged Fuel Ignites a New Debate in AEC (Science, 28 de julio de 1972, pp. 330-331)

Guillete, Robert (1972) Reactor Safety: AEC Concedes Some Points to Its Critics (Science, 3 de noviembre de 1972, pp. 482-484)

Glaser, Peter E. (1968) Power from the Sun: Its Future (Science, 22 de noviembre de 1968, pp. 857-861)

Gofman, John W. (1972) Time for a Moratorium (Environmental Action, noviembre de 1972, pp. 11-15)

Hammond. Allen L. (1971) Solar Energy: A Feasible Source of Power? (Science, 14, mayo de 1971, p. 660)

Hibbard, Walter R. Jr. (1968) Mineral Resources: Challenge or Threat? (Science, 12 de abril de 1968, pp. 143-145)

Hubbert, M. (1969) King Energy Resources (Cloud Preston, comp., Resources and Man, San Francisco, W.A. Freeman, 1969, pp. 157-) 242

Maddox, John (1972) The Doomsday Syndrome (Nueva York, McGraw-Hill)

Novick, Sheldon (1974) Nuclear Breeders (Environment, julio-agosto de 1974, pp. 6-15)

Sprout, Harold y Margaret Sprout (1974) Multiple Vulnerabilities, mimeo (Research Monograph, núm. 40, Center of International Studies, Princenton University)

Weinberg, Alvin M. (1972) Social Institutions and Nuclear Energy (Science, 7 de julio de 1972, pp. 27-34)

Weinberg, Alvin M., y R. Philip Hammond Limits to the Use of Energy (American Scientist, julio-agosto de 1970, pp. 412-418)


Una entrevista con Nicholas Georgescu-Roegen

Antonio ValeroCIRCE (Centro de Investigación del Rendimiento de Centrales Eléctricas)
María de Luna, 3 50015 Zaragoza

En Noviembre de 1991, un colega americano y yo fuimos a visitar a D. Nicholas Georgescu-Roegen a su casa de Nashville.

El había sido profesor de la Vanderbilt University y ya estaba retirado. Vivía en una casa tipo chalet americano enorme y lo más curioso era que tenía toda la casa llena de libros abiertos y desperdigados por muchas mesas, lo que denotaba su intenso trabajo.

Aún vivía su mujer, muy discreta, no tenía buena salud. No me termino de imaginar al gruñón de D. Nicholas sin la ayuda de su mujer ya que realmente se veía que la necesitaba, y estaban solos en aquella casa perdida en una urbanización dispersa.
Hacía unos años (1986) que yo había publicado la Teoría del Coste Exergético y me di cuenta que utilizar el Segundo Principio para aproximarnos conceptualmente a la Economía obtenía unos resultados que filosóficamente ya estaban descritos por D. Nicholas Georgescu-Roegen a principios de los 70 en su libro La ley de la Entropía y el Proceso Económico, cuya excursión intelectual fue la opuesta, acercarse desde la Economía al Segundo Principio.



Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Madrid
Departamento de Urbanística y Ordenación del Territorio
Patrocinado por la Dirección General de Urbanismo y Política de Suelo
del Ministerio de Vivienda

lunes, 23 de julio de 2007

Jean Lledloff - EL CONCEPTO DE CONTINUUM

Jean Liedloff es una antropóloga que partió en busca de diamantes a la selva amazónica...pero allí descubrió otra clase de tesoro: los Yequana.

En su prolongada convivencia con estas tribus le sorprendió la vitalidad física, mental y emocional de los niños Yequana y decidió escribir un libro sobre sus descubrimientos. Su libro se ha traducido a 16 idiomas.


El concepto del Continuum : El hombre ha roto con la tendencia natural que le exigía una evolución calmosa y estatuaria y se ha lanzado a un proceso de cambio antinatural y alejado de instintos y sentidos, y, en definitiva, perjudicial para sí mismo para alcanzar un óptimo desarrollo físico, mental y emocional, los seres humanos —especialmente los bebés— necesitamos vivir las experiencias adaptativas que han sido básicas para nuestra especie a lo largo del proceso de nuestra evolución.

En su magnífico libro, la autora advierte: " Una cultura que exija a las personas vivir de un modo para el que su evolución no les ha preparado que no llene sus expectativas innatas y que presione, por lo tanto, la adaptabilidad de las mismas más allá de sus límite,, esta condenada a dañar la personalidad de sus miembros ".

Nosotros somos, a una escala geológica, le pese a y u quien le pese, todavía, recolectores cazadores.

Nuestros cuerpos y nuestras almas están adaptadas para vivir en consonancia con el con­tinuum de nuestra especie.
Sin embargo, hoy NO nos esforzamos por satisfacer nuestras necesidades instintivas, sino que nos pa­samos la vida satisfaciendo las necesidades del sistema econó­mico, industrial y tecnológico internacional. No podemos espe­rar que esta desviación de nuestro instinto sea inocua.

Respecto al tema del do­lor y, concretamente, el dolor en el parto (en algunos textos de antropólogos hablan del parto sin dolor de los pueblos preagrícolas)... la autora afirma:

"Hay que pensar, a la hora de parir, más en el feeling que en el dolor. No hay que pen­sar en el dolor físico sino en lo bueno que vamos a tener, en esa unión entre la madre y el hijo. El dolor y el miedo a él es algo muy típico de nuestra sociedad tecnificada. Yo he leído trabajos de antropólogos que hablan de partos sin dolor en pue­blos ancestrales. Y, de hecho, lo viví.

Una noche, en la selva, conviviendo con los yekuana, una mujer dio a luz bajo mi ha­maca sin despertarme.

Luego, el cacique, ante mis 'quejas', me dijo que no era preciso que yo me hubiera despertado. Que pa­rir no era estar enfermo. Habría que saber la tasa de mortalidad en partos de bebés yekuana, pero no lo puedo calcular. No hay estadísticas.

El dolor es una adicción muy propia de nuestra so­ciedad.

Es importante destacar que las parturientas no deberían tomar ningún fármaco, porque eso puede poner en peligro la continuidad del continuum entre ambos. Y las consecuencias no sabemos cuáles pueden llegar a ser, pero no buenas, claro".

Que experiencias necesita un bebe para un desarrollo verdadero y sano?

- Contacto físico permanente con la madre (u otro familiar o cuidador) desde el nacimiento.

- Dormir en la cama de los padres en permanente contacto físico hasta que el bebé decida lo contrario por sí mismo, lo que ocurre alrededor de los dos años.

- Lactancia materna a demanda.

- Permanecer constantemente en brazos o pegado al cuerpo de otra persona hasta que el bebé comience a arrastrarse o gatear por sí mismo, lo que sucede en torno a los 6-8 meses.

- Disponer de cuidadores/as que atiendan las necesidades del bebé (movimientos, llantos, etc.) sin emitir juicios ni invalidarlas. Es importante tener en cuenta que el bebé no debe ser el centro de atención permanentemente, aunque sí debe sentir que sus necesidades serán satisfechas.

- Hacer sentir al bebé y potenciarle sus expectativas basadas en que es un ser innatamente social y cooperativo, al tiempo que fomentar su fuerte instinto de autoconservación. Igualmente, es básico que el bebé sienta que es bienvenido y tenido en cuenta.

En contraste, un bebé sujeto a las prácticas occidentales de parto y crianza a menudo experimenta...

- separación traumática de su madre desde el momento del parto debido a las intervenciones médicas y a la colocación de los bebés en maternidades, aislados físicamente excepto por el sonido de otros recién nacidos también llorando, con una mayoría de niños varones aun más traumatizados debido a practicas médicas innecesarias relacionadas con cirugía de circuncisión.

- en casa, duerme solo y aislado, a menudo después de "dejarle llorar para dormir".

- alimentación programada, con sus impulsos naturales de deseos de cuidado a menudo ignorados o "pacificados".

- ser excluido y separado de las actividades normales de adultos, relegado durante interminables horas a un cuarto de niños, jardín de infancia o guardería donde es inadecuadamente estimulado por juguetes y otros objetos inanimados.

- los cuidadores a menudo ignoran, desatienden, minimizan e incluso castigan al bebé que llora o que señala sus necesidades; o de otra forma respondiendo con excesiva preocupación y ansiedad, haciendo de él el centro de atención.

- conformándose a las expectativas de sus cuidadores que le hacen sentir incapaz de preservarse a si mismo, de que es un ser innatamente antisocial, y que no puede aprender un comportamiento correcto sin estrictos controles, amenazas y una variedad de manipuladoras "técnicas parentales" que socavan su exquisito y evolucionado proceso de aprendizaje.

La evolución no ha preparado al recién nacido para este tipo de experiencias. No es capaz de entender por qué sus gritos desesperados para la satisfacción de sus expectativas innatas no son tenidas en cuenta, y desarrolla un sentimiento de contrariedad y culpa sobre si mismo y sus deseos. Si, por el contrario, sus expectativas de Continuum son realizadas -de forma precisa al principio, con mayor flexibilidad según va madurando- le proporcionará un estado natural de confianza en sí mismo, bienestar y gozo. Los bebés cuyas necesidades de Continuum han sido satisfechas desde el principio a través de la experiencia "en brazos" desarrollan una gran autoestima y son mucho más independientes que aquéllos a los que se les ha dejado llorar solos por miedo a que se vuelvan unos “mimosos” o demasiado dependientes.

He aquí algunos extractos del libro que define el concepto de Continuum:

...No es ningún secreto que los "expertos" no han descubierto como vivir satisfactoriamente, pero cuanto más fracasan, más profundizan en llevar los problemas por la sola influencia de la razón y desestimar lo que la razón no puede comprender o controlar.

Ahora nos dirigimos exclusivamente por el intelecto; nuestro sentido innato de lo que es bueno nos ha sido socavado hasta el punto de que apenas somos conscientes de su funcionamiento y no podemos distinguir un impulso original de uno desviado.

...(la determinación de lo que es bueno para nosotros) ha sido gestionado durante millones de años por las infinitamente más refinadas y sabias áreas de nuestra mente denominadas instinto...(El) inconsciente puede hacer cualquier número de observaciones, cálculos, síntesis, y resoluciones simultánea y correctamente.

...Lo que aquí estamos entendiendo por "correcto" es lo que es apropiado para el antiguo Continuum de nuestras especies por la sencilla razón de que se adapta a las tendencias y expectativas con las que hemos evolucionado. Las expectativas, en este sentido, están fundadas tan profundamente en el hombre como lo está su diseño último. Sus pulmones no es que sólo contengan aire, sino que se crearon para recibir aire, al igual que sus ojos para recibir luz...(etc.)

...Podríamos definir el Continuum humano como la secuencia de experiencias que corresponden a las expectativas y tendencias de las especies humanas en un ambiente coherente con eso y en el que otras expectativas y tendencias se formaron. Incluye comportamientos apropiados en, y tratamientos con, otras personas como parte de ese ambiente.

El Continuum de un individuo es global, en el sentido de que forma parte del Continuum de su familia, que a su vez es parte del Continuum de su clan, y el la especie, y el Continuum de las especies humanas forma parte del Continuum de la vida sobre la tierra.

...La resistencia al cambio, que no está reñido con la tendencia a evolucionar, es una fuerza indispensable que mantiene cualquier sistema estable.

Solo podemos hacer suposiciones sobre lo que interrumpió nuestra resistencia innata al cambio hace unos pocos miles de años. Lo importante es comprender el significado de la evolución contra el cambio no-evolucionado. ...(este último) reemplaza lo que es complejo y adaptado por lo que es simple y menos adaptado.

No hay diferencia esencial entre el comportamiento puramente instintivo, con sus expectativas y tendencias, y nuestra igualmente instintiva expectativa de una crianza adecuada, sobre la que podemos desarrollar nuestras tendencias y realizar nuestras expectativas, en primer lugar, de tratamiento concreto durante la infancia, y gradualmente de una clase de tratamiento más flexible según las circunstancias, y un rango de requisitos para los que nuestra adaptación se siente preparada, impaciente, y capaz de conseguir.