sábado, 1 de octubre de 2011

la edad de la EMPATIA

La edad de la empatía   DE Waal, Frans de



ISBN: 978-84-8383-350-6    360 pág.




¿Es instintiva la compasión que nos mueve a preocuparnos por los demás? ¿O, como se afirma a menudo, hemos venido al mundo sólo para luchar por nuestros propios intereses y nuestra supervivencia individual? En esta provocadora obra, el aclamado autor de El mono que llevamos dentro estudia de qué modo surge la empatía y el altruismo en el ser humano y en los animales.

A partir del análisis de la conducta de chimpancés, bonobos y capuchinos, así como de delfines y elefantes, De Waal nos muestra que muchos animales se preocupan por sus congéneres y están dispuestos a acudir en ayuda de sus semejantes, en algunos casos arriesgando sus vidas. Así pues, la empatía sería un rasgo ancestral que caracteriza a animales y a hombres, lo cual contradice la sombría visión que de la naturaleza humana sostuvieron Darwin y Freud. la edad de la empatía desarrolla un extraordinario –y controvertido– enfoque de este sentimiento en el mundo animal, al tiempo que nos lleva a preguntarnos qué nos hace humanos. Haciendo gala de un estilo llano y repleto de anécdotas, además de una fina ironía y una incisiva inteligencia, de waal nos ofrece una lectura esencial en nuestro turbulento presente.
 
Hace apenas 10 años el uno, individualista e hipermoderno, conducía al aislamiento narcisista, al lujo de la singularidad del yo y de su estética cocooning. La crisis, junto a todos sus factores subterráneos está transformando el panorama. Como con el colesterol hay una crisis mala, asesina, y otra crisis buena, altruista. No es posible concebir un futuro de supervivencia sin cooperación, no hay progreso sin redes.




Los libros y artículos sobre la nueva “edad de la empatía” empezaron a editarse hace dos años (Frans de Waal. The age of empathy, Random House, 2009) y ahora el mismo Jeremy Rifkin que siempre está a la que salta va siendo traducido a decenas de lenguas con su libro La civilización empática (Paidós, 2010).



La cuestión pertinente sería especialmente esta: ¿cómo puede hacerse frente a los problemas del mundo y a la superación de una supercrisis tan general sin la colaboración de todos? Las redes sociales son una importante metáfora del conocimiento tanto de los nuevos amores o las agitaciones árabes como los tsunamis radiactivos con atención, temor y solidaridad internacionales.



La globalización que bajo el imperio de la explotación fue tan burdamente denostada posee, en sus derivas las inspiraciones de otra humanidad que trabaja conjuntamente, pair to pair, de igual a igual, para encontrar nuevas soluciones de progreso. Las soluciones de progreso mejores puesto que ya la concepción egoísta y piramidal mata o despide un intoxicante tufo del mal pasado.



Ni Estados Unidos ni la gran Rusia, ni el jefe autoritario ni el presidente absoluto -berlusconiano o no- son personajes de nuestro tiempo. Fantoches ya de una era donde el macho fue el rey y las explotaciones industriales, con estruendos de bielas y fuego de hierros fueron norma.



Del tronante motor de explosión se pasa al sigiloso motor eléctrico y del músculo de los gimnasios con pesas se llega a las suaves aguas de los spas y la elástica de los pilates. Todo el mundo, social y económico, cambia desde el paradigma del esfuerzo ensangrentado a la azulada luz de la empatía. Desde la cólera del mandamás a la serenidad desvestida de látigos y, en el futuro, desde el trabajo cargado de heridas a la vocación desligada de ambiciones cruentas.



En el arte, en la política o en el sexo la empatía es la clave de una felicidad inesperada. ¿Provocaciones en las exposiciones artísticas, en las ruedas de prensa pospartido, en el mitin de Vistalegre o en La Fura dels Baus? Todo esto fue la moda capital de otro tiempo, ridículas posiciones del pasado obsoleto. Ni los padres mandan, ni los maestros castigan, ni los políticos son ya capaces de avasallarnos sin consecuencias.



La masculinidad del Ejército y sus emblemas ha sido sustituida por las meriendas de mujeres en las cafeterías, al rudo altavoz de las consignas metafísicas ha seguido la ternura candente del riñón prestado. Ni tuyo ni mío. La positiva transformación de la humanidad no la patrocinan ya los líderes con el sexo duro y erecto, sino la compartida vagina de la empatía donde cabe la húmeda, solidaria y tierna recreación del mundo.

Vicente Verdú.
 
 
autor:
 
FRANS DE WAAL
 
 
nació en los Países Bajos en 1948. En 1973 se doctoró en biología en la Universidad de Groninga y prosiguió estudios en la Universidad de Utrecht. En la actualidad, es profesor de psicología social de los primates en la Universidad de Emory (Atlanta) y director del Living Links Center adscrito al Yerkes Primate Center de Atlanta. Miembro de la Academia Americana de las Ciencias, está considerado uno de los más eminentes primatólogos y etólogos contemporáneos, especializado en la inteligencia social de primates como los chimpancés, bonobos y macacos. Es autor de numerosos libros, como la política de los chimpancés y el mono que llevamos dentro (Metatemas 96). En 2007, la revista time lo incluyó en la  lista de las cien personalidades más influyentes del mundo.





Ecos rousseaunianos con algún que otro ritornelo hegeliano resuenan en esta nueva obra de Jeremy Rifkin, que problematiza la naturaleza humana, el suceder de la historia tal y como ha sido entendido hasta ahora y el concepto mismo de civilización, que queda abierto a los nuevos horizontes de la conciencia empática.




La revolución neurocientífica ocupa un lugar esencial en el libro; las neuronas-espejo nos permiten simular la mente de otros y esto afectará al concepto de naturaleza humana que hasta ahora tenemos. El homo homini lupus hobbesiano, demasiado preocupado por sí mismo como para sentir cómo se sienten los demás, es superado por las conexiones empáticas que crean los nuevos lazos sociales. Las revolucionarias neuronas-espejo de cada uno, al ponerse en el lugar de cada otro y las de cada otro en el de cada uno, de tal manera que poniéndose dentro de todos no se ponen en nadie, resuelven el problema fundamental de la filosofía política. “La empatía es, entonces, el alma de la democracia”.



Rifkin repasa la historia humana desde las civilizaciones teológicas, pasando por la que denomina “etapa ideológica” de los siglos XVIII y XIX hasta llegar a la era psicológica que definió al siglo XX. Las interpretaciones heterodoxas del freudismo, que niegan una naturaleza humana egoísta o la visión darwiniana en la que no es tanto la competencia sino la cooperación la clave para la supervivencia, contribuyen a fundamentar su hipótesis. La comunicación empática generará una expansión de la conciencia humana, transformada en conciencia biosférica; el consumo de los recursos debe limitarse para completar su integración y evitar el colapso planetario.



Rifkin ha elaborado un estudio multidisciplinar, reafirmando el optimismo antropológico en un momento donde la confianza se encuentra debilitada y son necesarias nuevas ideas para soldar los vínculos sociales. No obstante, conviene recordar, con Foucault, que las discontinuidades y las rupturas nos atraviesan; y dar a luz la oculta historia empática de las relaciones humanas, por mucho que prometa, parece un horizonte excesivo.

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