martes, 19 de junio de 2012

Guislaine Lanctot: Valor y sabiduria

La categoría donde tiene que ir esta entrevista es en 
Soluciones Planetarias.

Se adelanta a su tiempo, a nuestro tiempo y es una luz que nos enfoca en la direccion de la evolucion del NUEVO SER HUMANO

La mafia Médica (1994) es el libro que le costó a la doctora Guislaine Lanctôt, ahora GUIS, su expulsión del colegio de médicos en Canadá y la retirada de su licencia para ejercer la medicina.
Se trata probablemente de la denuncia publicada más completa, integral, explícita y clara del papel que juega a nivel mundial el complejo formado por el sistema sanitario y la industria farmacéutica. Pasados ya 18 años, después de varias amenazas y de haber estado en la cárcel, sigue activa y publicando en contra del negocio de la Medicina, del sistema establecido y a favor de lo que ella llama muerte civil

cuando dejamos de reconocer las autoridades externas para someternos a la única autoridad que existe: la de uno mismo. 

Ahora vive sin cargos públicos ni títulos académicos, sin propiedades, sin pagar impuestos, sin carnets, sin documentación, sin tarjetas… libre.

Entrevistada en Quebec (Canadá), de dónde por ahora no puede salir al prescindir también de documentos personales, como el pasaporte. 

Con ella repasamos su historia y hablamos de temas tan actuales como de la inexistencia de la deuda de los países; de cómo las elecciones (¿democráticas?) son grandes falacias en las que unos cuantos borregos eligen a los pastores que los van a llevar al matadero; de que el SIDA no existe como enfermedad o que el cancer no es ya ningún misterio, sino una enfermedad que se puede curar muy bien, pero cuyos tratamientos están prohibidos.



mas informacion: 
http://personocratia.com/es/qui_est_ghislaine.php


... Lo primero que busca todo hombre es alguien que le esclavice, que le diga lo que tiene que hacer. Quiere milagros, pero no quiere ejercer la libertad, prefiere ser un niño.


Llegar agotados a casa nos sirve de excusa para no tomar nuestras propias decisiones y no escucharnos a nosotros mismos. Ese continuo dejarnos llevar es infantil. Hay que entrar en la edad adulta.

"Levantarse, tranvía, oficina, tranvía, comida, tranvía, oficina, tranvía, cena".

Sí, eso dice Albert Camus en el mito de Sísifo.  
Pero un día surge el "por qué".

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